El vuelo 9916 de Nature Air, un fin de año diferente

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Por Fernando Hernández para Aviación Comercial en Costa Rica



El 2017 tuvo un fin de año atípico, cuando el 31 de diciembre cerca del medio día, un avión 
Cessna 208 Grand Caravan de la aerolínea Nature Air se estrello pocos segundos después del despegue de la pista de Punta Islita, en Nandayure Guanacaste.

Esta tragedia sorprendió a toda la comunidad aeronáutica nacional y al país en general pues fallecieron 12 personas incluidos los pilotos.
Una maniobra desafortunada del piloto es señalada como la causa mas probable del accidente, así lo afirma el informe de la NTSB el cual esta disponible en su sitio web.

Para todos los que llegamos a volar con la linea aérea fue una sorpresa muy grande, pues a raíz del accidente salio a relucir información referente a la aerolínea, ademas de significar el fin de las operaciones de la misma.

Caracterizada por su buen servicio, Nature Air operaba desde 2001 bajo este nombre volando a 13 destinos dentro del territorio nacional.

En 2017 la aerolínea tuvo problemas financieros y tuvo que dejar la flota de aviones de fabricación Checa, Let L-410 Turbolet hasta cancelar la deuda con el arrendador de los aviones.

Causas probables del accidente

Una de las hipótesis indica que la aeronave no tuvo el rendimiento adecuado para el ascenso.
Sin embargo, los pocos elementos que sí pudieron estudiarse descartaron una falla en el motor de la aeronave.

La investigación técnica realizada por la NTSB se vio afectada por la escasez de datos que habrían sido relevantes para afinar en mejor forma los motivos del siniestro. Por ejemplo, no se pudo examinar a detalle los restos del avión debido a que fueron destruidos en su mayoría.


Otro de los factores señalados por la NTSB fueron: falta de informes meteorológicos adecuados disponibles para la determinación del viento y falta de capacitación documentada para un aeropuerto que requiere una salida “no estándar”.

Ademas el documento apunta a que el día del accidente no había instalaciones de informes meteorológicos en las cercanías del aeropuerto, aunque estaba equipado con 2 marcos para las mangas de viento, no se instalaron mangas de viento en el momento del accidente para ayudar a los pilotos a determinar la dirección e intensidad del viento.

Tras despegar, la aeronave accidentada no giró hacia la derecha (como el avión que le precedió) y continuó con la misma dirección de la pista. Al parecer, lo habitual era que los aviones tomaran rumbo hacia el sur debido a que ahí está la costa y no hay montañas de por medio.

No se observaron defectos consistentes con una falla previa al impacto o mal funcionamiento, y el motor exhibió firmas consistentes con la producción de energía durante el impacto”, agregó el reporte. 

También, se confirmó que el piloto y la copiloto estaban capacitados para operar la aeronave. De igual manera, no hubo insumos suficientes para establecer alguna situación psiquiátrica en ambas personas. “El capitán fue calificado adecuadamente y tenía una amplia experiencia en la marca y el modelo del avión del accidente. 


Había sido empleado por el operador del accidente durante aproximadamente un año en 2006 y recientemente había sido recontratado. Sin embargo, los registros proporcionados por el operador no indican que haya completado toda la capacitación y verifique los vuelos requeridos por el Manual de Operaciones Generales (GOM, por sus siglas en ingles)”, recalcó la NTSB.