El vuelo 628 de Lacsa

Síguenos en Facebook: Aviación Comercial en Costa Rica

Uno de los casos históricos en la aviación costarricense es el del vuelo 628 de LACSA.¿Qué fue lo que ocurrió esa tarde?

Un Boeing 727-100 que iba desde Costa Rica hasta Miami con escala en Managua, se estrella al salir de la pista con 24 personas a bordo, ocho tripulantes y 16 pasajeros.


Durante la carrera  de despegue para alcanzar la velocidad del rotación (V1), el Capitán Armando D’Ambrosio decidió abortar el despegue.

La decisión era en principio errónea. Puede decirse que fue un error acertado del piloto. Una vez que se sobrepasa la velocidad de despegue ( V1 ) el aparato debe despegar porque de otro modo no tiene pista suficiente para el despegue y se saldrá de la pista con consecuencias catastróficas.

Armando Rojas, copiloto del vuelo 628, indico que el avión llegó a la velocidad de decisión, el piloto sabe que si aborta no tiene pista suficiente para frenar, y si acelera es suficiente para volar; y el piloto decidió abortar y él como copiloto se avoco a hacer lo que el piloto requería en ese momento.

¿Por qué el vuelo 628 de Lacsa no despegó aquella tarde del 23 mayo de 1988?

Tras investigar el accidente en el que sobrevivieron los 24 ocupantes, La Dirección de Aviación Civil confirmó que hubo un desbalance en la carga y exceso de peso en el compartimento delantero.
El avión Boeing 727-100 con matrícula TI-LRC con 22 años de servico, había sido arrendado a la empresa venezolana Avensa un año atrás.



Según Aviación Civil, había una diferencia de casi 6.000 libras entre el peso y balance original y el real con el que salió el avión matrícula TI-LRC. Eso provocó que el centro de gravedad se desplazara hacia adelante.
El avión que debía hacer la ruta San José-Managua-Miami ese día era otro, pero a última hora se tomó la decisión de cambiar de aeronave.

Cuando el comandante rotó, sintió que algo no estaba bien y por supuesto lo anormal estuvo en un peso indebido, un cálculo equivocado, la potencia de despegue era diferente.
Los tripulantes de ese vuelo coinciden en que la decisión del Comandante D’Ambrosio fue la correcta.
Además de los tripulantes costarricenses, en el avión Boeing 727-100 viajaban ocho estadounidenses, dos nicaragüenses, dos cubanos, un alemán, un ciudadano checo y dos nacionales.

En las investigaciones posteriores Boeing también dio la razón al piloto en su decisión de abortar el despegue a pesar de haber sobrepasado la velocidad de no retorno. De haber seguido con la maniobra de despegar se hubiera estrellado unos cientos de metros más adelante con consecuencias más trágicas. El avión no podría haber volado con el exceso de peso. Se calculó que hubiera necesitado el empuje de dos motores más para poder levantarse.
Sin duda un hecho que quedara en la memoria de los costarricenses.


Por Fernando Hernández / Aviación Comercial en Costa Rica©